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Raul Martinez está con Krishna Lapunov
- -----EL URUGUAY DE LOS IDIOTAS VOTANTES DE ORSI-------
- LAS CIFRAS SIEMPRE MENTIROSAS DE TODOS LOS GOBIERNOS,...SEÑALAN MAS DE 5.000 PERSONAS ---" BICHICOMES " ---DUERMEN EN EL CENTRO DE MONTEVIDEO EN UNA CIFRA TOTAL QUE RONDA LOS 30.000 EN EL DEPARTAMENTO..LA CIFRA CRECE NOCHE A NOCHE.....
- UN BUSS LOS TIRA EN BATALLÓN 13 --- CUARTEL ASESINO DE LA DICTADURA--- Y EN OTRAS "CUCHAS PA PERROS", DONDE LAS CHINCHES VERDES SE LOS COMEN VIVOS.....
- El ómnibus que viaja a los refugios: un obrero, un policía y otras historias de gente que vive en la calle
- La noche encuentra a miles en la calle. Aquí una crónica donde se mezclan historias de violencia, adicción y problemas de salud mental con otras de trabajadores a los que el destino los dejó sin un techo donde dormir.
- -----------------Karen Parentelli
- -----------------08/06/2025.
- ---------------FOTO------Personas en situación de calle
- Personas en situación de calle que serán trasladaras a un refugio. Foto: Ignacio Sánchez.
- Por nombre y apellido, como un docente que pasa lista en una clase, el policía que coordina uno de los puntos de recogida para personas en situación de calle va nombrando a los presentes. Están casi todos. Son personas adultas, con cuerpos que saben bien lo que es el invierno, las que hacen fila sobre la calle Guayabos y Emilio Frugoni, a metros de la Facultad de Derecho y del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA). Tienen la esperanza de lograr subirse al ómnibus y conseguir un lugar donde dormir esta noche.
- Es jueves, son casi las ocho y la temperatura no da tregua, además hay humedad. A esta hora empieza a jugar Uruguay contra Paraguay por las Eliminatorias, pero ninguno de ellos está pendiente del partido ni habla del tema. La fila empieza a tomar forma mientras pasan los minutos. Ellos saben que el ómnibus de la Policía no tarda. Llegará en cualquier momento para trasladarlos a uno de los refugios habilitados en el Centro de Montevideo: queda en la calle Uruguay y Yi. El resto irá para el Batallón 13, también conocido como Batallón de Instrucciones.
- Esperan casi en silencio, muy pocos fuman, nadie toma alcohol, y hablan solo por lo bajo en pequeños grupos; otros están solos. Hombres y mujeres, cada uno con su historia y sus dramas a cuestas.
- personas en situación de calle
- FOTO------Operativo para trasladar a personas en situación de calle a refugios. Foto: Ignacio Sánchez.
- Algunos están solo con lo puesto; otros llevan mochilas, bolsas o valijas. En ese poco espacio va todo lo que tienen. Su casa está en una bolsa de cartón reciclado de una tienda de ropa. Su vida comprimida a la mínima expresión.
- Cuando el ómnibus llega, el policía encargado del operativo vuelve a la lista que no había terminado: nombre y apellido. Y lo que faltan dicen “acá”, otros levantan la mano, y están los que se acercan al policía que los anota. Es el primer filtro. Ya están todos anotados.
- Desde que existen registros, la cifra de personas que viven a la intemperie no ha hecho más que crecer. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), en 2023 había 2.756 personas en situación de calle en Montevideo. Es el último dato disponible y el número de personas que duermen a la intemperie aumentó 24% en comparación con el relevamiento anterior, realizado en 2021, cuando se habían registrado 2.215 personas.
- De los 2.756, 1.375 dormían directamente en la vía pública, mientras que 1.381 pasaban la noche en refugios o centros nocturnos. Pero el número se dispara si se amplía la definición: si se considera también a quienes viven en hogares 24 horas -es decir, a toda la población sin hogar-, la cifra asciende a 5.015 personas solo en la capital del país.
- “La gente de esta zona es la más estable, no varía tanto. Siempre son los mismos”, cuenta el oficial que lleva adelante el operativo cerca de la Facultad de Derecho. “En total, traslado entre 69 y 80 personas por noche”, dice el policía; son dos los ómnibus que hacen este trabajo. “Cuando empieza el frío, sube el número de personas. En julio y agosto llegamos a 100. Entre los dos equipos movemos hasta 160 personas en una noche”.
- Esta es la primera noche que el ómnibus para en Guayabos y Emilio Frugoni; venía haciendo esta labor a unas cuadras, en la calle José Enrique Rodó frente al liceo IAVA. Pero hubo denuncias de vecinos y problemas también con el liceo: muchas personas se quedaban luego en las escalinatas del centro educativo.
- “Denunciaban también que quedaba suciedad en el lugar. Acá lo que tengo es más espacio y luz, pero sé que en un futuro este punto pasará a ser también un problema”, dice el policía a cargo del operativo.
- ---------------Personas en situación de calle
- FOTO---------Un hombre en situación de calle es revisado por la policía. Foto: Ignacio Sánchez.
- Después de la lista, viene el cacheo: se revisa que no lleven nada prohibido, desde droga a tenedores o cuchillos, cualquier elemento que puedan usar de arma. Abren cada bolso, y también las personas son registradas. Recién entonces pueden subir. El operativo está a cargo de tres policías, más el chofer, que también es policía y una camioneta de apoyo con más efectivos que están para el control.
- Una vez arriba del ómnibus, este grupo de hombres y mujeres no podrá bajar ni para fumar. Directo al refugio.
- —Mirá cómo estamos -dice una mujer trans, mientras se arremanga el abrigo y deja al descubierto los brazos marcados-. Todas llenas de picaduras de chinches. Todos los años es igual.
- —¿Es peor que una picadura de pulga?
- —Sí -responde sin dudar-. Es una desesperación horrible. No te lo sacás más. Te pican dormida, te despertás rascándote como loca. Y no hay con qué matarlas.
- Manos
- FOTO--------Persona muestra sus brazos con picaduras visibles. Foto: Ignacio Sánchez.
- No es una novedad ni tampoco de los problemas más grandes que pueden tener estas personas que por distintas razones no tienen vivienda.
- En las historias que contaremos en esta crónica aparece la falta de acceso a la educación formal, la violencia intrafamiliar y el consumo de pasta base como algunas de los varios problemas de fondo. El deterioro es tan grande, que se pierden los lazos sociales.
- Para algunos educadores consultados para este informe que trabajan en refugios es clave actuar rápido. El Estado, dicen, tiene que dar una respuesta integral. “Sobre todo en las mujeres: basta un año de consumo para ver un deterioro profundo, mientras que en los hombres ese mismo daño puede tardar cinco años en aparecer”, advierte una educadora que lleva años trabajando en refugios y pide no ser identificada. Habla con crudeza, pero con conocimiento. Admite que su posición puede sonar violenta: “Hay que aplicar la internación compulsiva, porque al problema del consumo se le suman luego patologías psiquiátricas. Si no se interviene a tiempo, es como mirar cómo alguien se apaga de a poco”.
- Ella cuenta que trabaja con muchas personas que son violentas, que son “manipuladoras” y estuvieron en prisión. “Más o menos los vas conociendo, y sabés que algunos no lo van a pensar dos veces, si te tienen que apuñalar lo van a hacer”, dice la educadora. Manejan los códigos de la supervivencia, la ley del más fuerte. Es que muchos viven en una dinámica de guerra, siempre a la defensiva y a la vez buscando ganar algo, unas monedas, un cigarro o un poco de comida.
- Pero, ya veremos más adelante, no todas las personas que terminan en refugios son necesariamente violentas, a pesar de lo que dice esta educadora. Y a veces llegan ahí por alguna de esas vueltas raras de la vida.
- Más de 5.000 personas "sin hogar" en Montevideo, según estudio de la FADU que critica gestión del FA y el PN.
- -----------------Elegir la calle------------------
- Están los que eligen no ir a un refugio. ¿Por qué?
- Dos jóvenes, de 22 y 25 años, se quedan mirando la escena del ómnibus que se aleja, sin intención de sumarse a ese grupo; prefieren pasar frío.
- Pobreza en Montevideo
- FOTO------------Persona en situación de calle. Foto: Archivo El País
- —Yo soy alcohólico, consumo pasta desde los 14 años -dice Diego-. Ya está, ya sé que no puedo salir, trato de no molestar a nadie, pero necesito años de rehabilitación para estar limpio.
- —Pero sos joven, tenés 25 años, no estuviste preso. ¿De qué has trabajando?
- —En la pesca, con barcos, se que me voy para mi pueblo y consigo enseguida. Pero ahora a la noche me mata la abstinencia. Hoy estoy acá, y mañana capaz me tomo un ómnibus para mi casa.
- Diego cree que su amigo tiene más chances que él de recuperarse. Alexis tiene 22 años, y hace solo un año y medio que consume. Tiene dos hijos a los que no puede ver. “Estaba en un momento malo, mis hermanos están privados de libertad, y quién era mi padrastro me dio para probar”, cuenta.
- No consumen donde trabajan de cuidacoches. Se van para otros barrios, donde consiguen un “chasqui” por 100 pesos. “Eso por lo menos te para la cabeza, la droga te saca de los problemas por un momento; claro que no es solución de nada”, dice Alexis.
- Peleas en la calle, pago de peajes a las bocas de droga y $ 600 a $ 2 mil por día para los cuidacoches
- Hace frío, pero todavía falta para las noches más gélidas. Varios vecinos que pasan los saludan y ellos responden cordialmente. “Acá en la esquina una señora nos da algo de comer”, dice Alexis, “pero si no, nos vamos rescatando con lo que nos dan”.
- Estos dos muchachos cargan con varios prejuicios y son la cara visible de un problema que está explotando: las adicciones en la calle. Se ensayan soluciones y nuevos programas, pero la población crece cada vez más. La discriminación es grande: “Algunos te tratan como un perro”.
- ---------------La última noche de Luis------------
- A sus 62 años, Luis se prepara para dormir por última vez en un refugio. Mañana temprano se irá a Lezica, donde por fin lo espera una vivienda propia. No tiene muebles, pero tampoco le preocupa. “Todo desde cero. Mientras tenga techo”, dice con una sonrisa cansada.
- Pobreza en Montevideo
- FOTO-----Un grupo de hombres en la puerta de un refugio del centro de Montevideo. Foto: Archivo El País.
- Fue policía por 14 años, trabajó 24 años en UTE en el departamento de clientes. Tuvo hijos, un comercio, una vida como cualquier otra. Pero cuando se separó -y le dejó los poderes a su excompañera-, todo se desmoronó. “Me sacó unos préstamos grandes a mi nombre”, cuenta. Y ya no hubo cómo levantar cabeza. Perdió el comercio, la estabilidad, la salud. Se refugió en la calle durante cinco meses, hasta que consiguió un lugar en este refugio nocturno.
- Luis no le contó a nadie de su situación. Ni a su familia ni a sus amigos “Tengo dos hijos, uno en Brasil y otro acá, pero no saben nada. No se lo merecen”, relata. “Esto me pasó a mí porque no hice bien las cosas”.
- Repite que es un trabajador, un luchador. Que nunca perdió la disposición de salir adelante. Que pasó por momentos duros, pero que no se dejó vencer. “Tengo el alma joven”, dice, como si fuera un escudo. El refugio -cuenta- es limpio, tranquilo y la convivencia entre personas de distintas edades y trayectorias es buena. “Colaboramos todos. Nos cuidamos. Nunca me robaron nada. Estoy agradecido”, dice, y lo repite más de una vez: agradecido.
- Ahora lo espera un cambio de vida. Todavía no está jubilado, recién empezó con los trámites, pero sabe que lo espera una casa.
- La charla sucede afuera del refugio que funciona de seis de la tarde a nueve de la mañana. En la puerta pueden ingresar todos los que están con cupo asignado, hasta las ocho. Pero no tienen permitido estar mucho afuera, a unos metros del refugio hay una boca de venta de droga, que “trabaja” con muchas personas en situación de calle.
- A la charla se suman más personas. Es el horario de entrada. La educadora los saluda por el nombre a todos, y los hace pasar.
- Murió un hombre de 48 años que vivía a la intemperie, informó el Ministerio de Desarrollo Social.-
- ---------------------Una chica trans------------------
- “Hola mi nombre es Fanny y soy una chica trans”, así se presenta y empieza a contar su historia. Hay en ella y en su discurso algo de picardía y orgullo.
- FOTO------Mujer trans a las afueras de un refugio.
- Mujer trans a las afueras de un refugio. Foto: Ignacio Sánchez.
- Tiene 55 años y hace cuatro meses salió de la cárcel. Estuvo en el exComcar de Santiago Vázquez. “El 5 de enero fue mi último día privada de libertad”, cuenta. Desde entonces, vive en el mismo refugio del que hoy Luis se despide.
- Fanny dice que estuvo presa por robo. “Me tocaron a los míos”, suelta, sin dar más detalles, y enseguida pasa a lo que le importa destacar: que ya no está en eso, que cambió. “Ahora no. Ahora trabajo”, dice.
- Vende chocolates en los ómnibus, con el permiso oficial de la Intendencia de Montevideo. Con eso cubre sus gastos mientras espera que le otorguen una pensión.
- La vida en el refugio, cuenta, tiene su rutina: bañarse, comer, limpiar, hacer la cama, cumplir con las tareas. Y, sobre todo, respetar a quienes trabajan allí. Habla de unas de las educadoras: “Si me levanto en una mal, ella me puede encajar una observación. Y tiene derecho, porque es su trabajo. Hay que respetarlo”.
- Dice que no hay problemas con las otras mujeres del refugio. Se acompañan, conviven.
- Pero lo que se ve del refugio no es una imagen agradable. Camas y cuchetas en los pasillos. Garajes que se convirtieron en cuartos. La comida llega desde fuera, las viandas no son las mejores.
- El plan de Fanny es quedarse allí hasta que le salga la pensión. Entonces, podrá alquilar o encontrar otra salida más estable. Y se despide con una frase: “Me compran chocolates si me ven en la calle o arriba de un ómnibus”.
- -----------Situación de calle: Mides creará nueve centros comunitarios e implementará "equipos de vinculación"-----
- Alberto, mientras, tenía trabajo en la construcción, como lo había tenido durante casi toda su vida. Era oficial albañil, con oficio, con experiencia, con la rutina del despertador temprano y las ocho horas. No era fácil, pero era estable. Y él sabía hacer eso: trabajar. Hasta que la salud le empezó a jugar en contra. Tuvo un accidente cardiovascular.
- Estuvo internado hace ocho años en el Hospital de Clínicas. Se recuperó, pero el cuerpo ya no le respondió igual. Siguió trabajando un tiempo, como pudo, hasta que la pandemia y los problemas económicos lo dejaron sin techo. Desde entonces ha pasado por refugios nocturnos, y hace dos meses consiguió un lugar en uno de 24 horas. “Este es el primero que me da la posibilidad de estar todo el día. En los otros se complica, hay discriminación, te miran por la edad, por cómo estás físicamente. Todos somos iguales, pero no todos te tratan de igual”, dice.
- Alberto tiene 57 años, dos hijas -“gurisas” como él las llama- y prefiere no cargarles su situación. “Están estudiando, tienen su vida. No les dije nada. No quiero eso para ellas”. Es de Montevideo y se lo nota entero, lúcido, tranquilo, aunque su situación es dura. No parece -como él mismo reconoce- alguien que esté en situación de calle. Ni por su forma de hablar ni por su presencia.
- ----------------Pobreza en Montevideo--------------------
- FOTO------Hombres caminando por Montevideo. Estefania Leal/Archivo El Pais -
- Ahora sobrevive sin ningún ingreso fijo. Se atiende en una mutualista porque logró retomar la atención médica, aunque los costos siguen siendo un problema. En el refugio donde está, comparte el cuarto con tres personas más. Dice que se lleva bien, que la comida llega todos los días, que si alguno consigue algo extra, cocinan juntos. La convivencia, por ahora, funciona.
- Cuando se le pregunta qué haría falta para que personas como él puedan salir de la situación en la que están, no duda: trabajo. Y se detiene un momento, como si pensara en voz alta: “Yo no pensé que iba a terminar así. Laburé toda la vida. No fui vago. Pero cuando te caés, levantarte solo es bravo”.
- Alberto no tiene certezas sobre el futuro. No sabe si va a conseguir empleo, una pensión por enfermedad o jubilación, porque tiene los años de aporte. Tampoco sabe si va poder alquilar algo algún día, si va a salir. Pero está ahí, firme. Con ánimo. No se ha rendido. Y eso, en este contexto, ya es mucho.
- Orsi y su apoyo crítico a la ley de internación compulsiva: "Algo hay que hacer, la situación no da para más"
- -------------------Madres con hijos----------------------
- “Me llamo Estefany, tengo 28 años y tres hijos: dos nenas y un varoncito. El más chiquito tiene 11 meses. Hace ocho meses que estoy viviendo en este hogar”, dice parada en la puerta del hogar 24 horas en el que vive por disposición judicial.
- FOTO------Mujer en un hogar 24 horas para madres con hijos
- Mujer en un hogar 24 horas para madres con hijosFoto: Karen Parentelli
- “Caí acá porque estaba mal”, resume, sin rodeos. Vivía en un terreno en Las Piedras, junto a su madre y su hermana. El embarazo no fue suficiente escudo: su hermana la echó. Referentes del barrio que trabajan en coordinación con servicios del Estado, la conectaron con el sistema y lograron conseguirle un cupo en el hogar El Zorzal.
- Pero aquel primer refugio fue otra batalla. Lo que debería haber sido un lugar de contención se convirtió en un infierno para ella. Los niños se enfermaban, la comida llegaba en mal estado, los baños estaban sucios. Armó un documento con todos los puntos que estaban mal y logró que la recibieran en el Mides.
- Dos meses después llegó a su actual hogar, uno de los refugios 24 horas para madres con hijos. “Al principio también fue muy duro, pero gracias a mi esfuerzo y a la ayuda de mis referentes, hoy estamos mejor”, asegura.
- En ese refugio viven unas diez mujeres con sus hijos. Algunas vienen de situaciones similares, otras escaparon de la violencia basada en género. Estefany tiene un cuarto solo para ella y sus hijos. Antes compartía con una compañera, pero tuvo problemas; la otra mujer se hacía diálisis y eso perjudicaba a su hijo, que es asmático.
- No tiene pareja ni quiere tenerla. “Prefiero estar sola pero tranquila. Nunca pisé una comisaría para denunciar a nadie. Antes de llegar a eso, preferí irme”. Tiene también una historia médica complicada: un accidente de moto le dejó un fierro en la pierna y dos chapas en la columna, lo que hoy le impide trabajar. Pero no se queda quieta: estudia gastronomía y busca terminar el ciclo básico. También va al psicólogo y al psiquiatra, toma su medicación. “Estoy haciendo todo lo que puedo. Quiero vivir bien con mis hijos”.
- Dice que no pide mucho. “Solo un lugar donde podamos estar en paz, con un poco de dignidad”, afirma. Porque los conflictos son comunes en los hogares 24 horas de mujeres, el hecho de estar con sus hijos es un factor que puede poner tensa cualquier circunstancia. Hay peleas que obligan a llamar a la Policía para que interceda, asuntos cotidianos que en un ambiente de personas vulnerables es pólvora.
- Los números del último censo del Mides muestran que la población aumentó, las situaciones que llevan a que alguien termine en la calle son muchas y los perfiles casi tantos como personas. Pero las soluciones que da el Estado parecen no ser suficientes para un puñado de orientales que no sabe hoy dónde va a dormir.
- ------------------PLANES DEL GOBIERNO.
- -------------------Los números en alza de las personas que están en la calle
- Aunque el último relevamiento del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), realizado en agosto de 2023, registró 2.756 personas en situación de calle en Montevideo, el número de personas que han pasado por algún servicio estatal vinculado a esta problemática es más elevado. Durante 2023 y 2024, unas 11.000 personas fueron registradas al menos una vez en los servicios de la Dirección Nacional de Protección Social. El ministro Gonzalo Civila dijo semanas atrás que esto no quiere decir que haya 11.000 personas en situación de calle, pero sí que la “gran mayoría” estaban en esa situación o en “riesgo de caer”. Así, el gobierno elaboró el plan “Comunidad a la calle” y comenzó un proceso participativo para diseñar una estrategia integral. La propuesta apunta a ampliar los recursos y diversificar respuestas. En los últimos años se han incrementado tanto los recursos públicos destinados a atender esta problemática como la cantidad de respuestas, hasta llegar a casi 5.500 plazas permanentes.
- ......................Pobreza en Montevideo
- FOTO....Hombre intenta mantener el calor en Montevideo. Foto: Estefanía Leal
- Ahora el Mides está haciendo un relevamiento de la realidad de los centros y tomando acciones sobre las infraestructuras.
- A partir del 15 de junio se abrirán nueve centros comunitarios en la zona metropolitana, entre las 18 y las 22 horas, para que las personas puedan acceder en forma temprana a espacios de acompañamiento hasta la asignación del cupo nocturno.
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